La Evolución de una Comunicación Abierta para un Mundo en Crisis

 por James Lull
(del libro, Agenda Académica para una Comunicación Abierta, Mexico:
UAEM, 2010, Editado por Jannet Valerio y Lenin Martell)

Vivimos en la Era de la Comunicación. La comunicación es el cimiento de nuestras sociedades, el cimiento de prácticamente toda nuestra interacción social y la base de la vida cotidiana. Encontrar la forma para maximizar el poder de la comunicación debe ser nuestro objetivo. Un periodismo más objetivo es, evidentemente, una de esas maneras para optimizar el uso de la comunicación, pero en realidad el fenómeno es mucho más grande. En la era de la comunicación, todos estamos conectados por la comunicación. Si bien puede ser la edad de la información también es la era de la comunicación y nosotros estamos en medio de ella.

En cuanto al futuro, soy un optimista; pero soy un optimista informado. Todos entendemos que en este mundo complejo existen muchos problemas sociales, barreras, manipulaciones, corrupción, y lamentablemente, una falta de acceso a la educación superior y la tecnología para algunos sectores de la sociedad. Obviamente, algunas barreras existen dentro de sistemas de comunicación de todos los tipos, especialmente en los medios de comunicación más populares y las industrias culturales.

Los medios comerciales tiene serias desventajas, pero el control gubernamental de los medios tampoco funciona bien. A pesar de los retos, la comunicación ofrece grandes esperanzas para todos nosotros porque es completamente natural que nos conectemos simbólicamente con otros. Podemos inspirarnos en la historia natural del desarrollo humano. Desde los inicios de la evolución del Homo Sapiens, la comunicación ha estado en la vanguardia del progreso en las civilizaciones en desarrollo. Necesitamos mantener nuestra confianza en el poder de la comunicación que está en las manos de personas responsables. Me dirijo especialmente a los estudiantes. Aquéllos que representan el futuro de México como los especialistas en comunicación de mañana, los mismos que estarán en medio de la acción. Mi optimismo respecto al papel de la comunicación en los asuntos humanos, surgen de mi propia investigación sobre las audiencias de los medios a lo largo de los años, especialmente en un programa de investigación llamado ?los usos sociales de la televisión? (que se puede leer en español en mi sitio web. Usamos los medios creativamente para fines personales e interpersonales, dentro y fuera de nuestros hogares. Las plataformas de tecnología modernas nos dan canales magníficos para ejercer la creatividad simbólica que todos llevamos dentro. No nos debemos considerar como las simples víctimas de las diversas instituciones que nos rodean, entre ellas los medios, incluso cuando pueden parecer opresivas. Como individuos, grupos y sociedades, debemos aprovechar al máximo los recursos simbólicos que ofrece nuestro mundo con el fin de crear un mundo mejor. Me refiero a la creatividad simbólica, a la expresión humana y el poder simbólico—la capacidad de utilizar recursos simbólicos para intervenir en el mundo, influir sobre las realidades políticas e ideológicas que enfrentamos y cambiar las cosas para bien.

La comunicación no es ni será nunca un proceso completamente democrático. La democracia pura, en cualquiera de sus expresiones no existe. Pero podemos reconocer y usar el potencial democratizador que tienen los sistemas de comunicación para mejorar las circunstancias mientras aumentan el efecto de las tendencias democráticas. Es una parte importante de nuestro trabajo –no sólo como comunicadores profesionales sino como personas que llevan rutinas normales en su papel de ciudadanos. Podemos utilizar la tecnología y las formas simbólicas de manera que no sean determinadas por otros para crear un futuro que igualmente no haya sido determinado. La hegemonía no tiene que reinar el día; en nuestras manos tenemos las herramientas para crear movimientos contra-hegemónicos. Tenemos instrumentos de resistencia fuertes a nuestra disposición. El poder simbólico nunca reemplazará al poder duro, como el poder militar, pero cada vez está más al alcance de personas como nosotros y es muy poderoso.

La ideología se puede definir como un sistema de ideas transmitido a través de la comunicación. Entendemos muy bien que todos los individuos que tiene poder en una soiciedad tienen la capacidad para transmitir y crear formas de ideología particulares que responden a sus intereses. Pero podemos detenernos, pensar, criticar y resistir a esas fuerzas dominantes mediante el uso de recursos tecnológicos y la conectividad que tenemos disponible. Actualmente vivimos en una era en la que existen más que nunca, recursos simbólicos y tecnologías de la comunicación. La tecnología varía entre los medios masivos, las nuevas tecnologías, y los medios ?we” (nuestros) como los blogs, el YouTube, los sitios de redes sociales, etc. Tenemos un amplio rango de recursos y tecnologías informativos, la informática a nuestro alcance además de una serie de tecnologías de comunicación personal, en particular el teléfono celular, que hemos integrado como parte de nuestra vida cotidiana. La abundancia simbólica de nuestros días se produce en gran medida por los medios masivos tradicionales y por su puesto las industrias culturales también. Pero la influencia hegemónica de estas fuerzas ya no existe como lo hacía incluso hace una década debido a una interpenetración de tecnologías personales independientes con los elementos industriales. 4

Quiero hablar un momento sobre un evento importante que ocurrió recientemente en Estados Unidos. El tema es el racismo. Discurso y racismo. Don Imus era el famoso conductor de programas tipo talk show de radio y televisión en la ciudad de Nueva York. Durante uno de sus programas, se burló de un equipo de basquetbol femenil de una de universidad urbana importante, Rutgers, que juega cerca de Nueva York. En su emisión ridiculizó a las jugadoras, la mayoría de color de piel negra- afro americanas. Sus chistes causaron revuelo pro que usó un término en inglés, inglés negro que se refiere a las mujeres como prostitutas (whores). Las llamó ?nappy headed ho’s (putas de cabello crespo). El efecto de su comentario incitó un discurso nacional sobre los límites de la libertad de expresión y lo que se conoce como ?expresión del odio que en general va dirigido hacia las minorías raciales o sexuales. Como comunicadores profesionales, debemos estar siempre al tanto de lo que decimos y cómo afecta a otras personas. La controversia sobre Don Imus provocó una discusión nacional muy compleja que alcanzó a tocar muchas sensibilidades. Este tipo de controversias son el resultado de vivir en un ambiente mucho más transparente, masivamente mediatizado y globalizado, donde las personas están más expuestas a las críticas y el escrutinio. El resultado del caso de Don Imus fue la creación de un discurso crítico.

Han surgido discursos similares sobre las preferencias sexuales. Hace no muchos años, hubiera sido imposible hablar abiertamente sobre temas homosexuales o incluir a homosexuales en los programas dramáticos de los Estados Unidos. Todo eso ha cambiado. Los homosexuales siempre han estado entre los grandes talentos de las industrias culturales y de entretenimiento, aunque por supuesto, no se presentaban como homosexuales en los medios. Ahora encontramos retratos poderosos, orgullosos y sensibles de los homosexuales en los medios. Existe una ?conversación mediada sobre la homosexualidad que nunca habíamos visto antes. El caso de Juan Gabriel aquí en México es un ejemplo clásico de la manera en la que se puede desarrollar la apreciación de hombres y mujeres homosexuales en el mundo de la cultura popular. Los sentimientos positivos que tienen las personas en todo México por Juan Gabriel, se desarrollan únicamente como efecto del poder de las industrias culturales y los medios masivos. Y el efecto Juan Gabriel llega hasta Estados Unidos, donde miles y miles de mexicanos –hasta los más machos- disfrutan sus conciertos cada año. Este mexicano tan especial ayuda a que otros mexicanos de todo tipo que viven en Estados Unidos, mantengan un sentido de ?mexicanidad.

Antes que nada, en el periodo que atraviesa la historia mundial, se debe identificar y confrontar la ideología religiosa. Aunque es extraño, la religión nunca ha sido vista como el sujeto de un verdadero análisis crítico. Por supuesto que todos entendemos que la religión es un tema que cada quien asume personalmente; incluso los que somos no creyentes tenemos que pensar en ello individualmente. Hablamos de la vida espiritual, de Dios, de la fe de nuestras familias, de nuestras propias creencias. Pero vivimos en un mundo en crisis. Y gran parte de esa crisis se debe a la influencia de la ideología religiosa. Ahora más que nunca, debemos crear un discurso crítico prevalerte sobre el impacto de la religión, especialmente en esas formas religiosas que no logran ejercer una tolerancia suficiente hacia los demás. En el caso del Islam fundamentalista, ese problema se ha vuelto más que obvio. Pero el Islam no es el único culpable. Y no estoy hablando únicamente sobre terrorismo.

Las ideologías es un sistema de ideas transmitido por medio de la comunicación. Ideológicamente y culturalmente, no hay nada más fuerte que la religión por que toca todos los aspectos de nuestras vidas. La religión abarca toda una serie de elementos que conocemos muy bien –tiene su propio lenguaje, vestimenta, días, portavoces, canciones, edificios, guerras, rituales y demás. Tomamos decisiones importantes con base en nuestra fe religiosa. En este sentido, la religión ha funcionado siempre como una especie de hegemonía cultural. Consideren la importancia simbólica del Papa, por ejemplo. Tiene un papel increíble en la política mundial. Cuando habla, todos escuchan –no sólo los católicos. Todos recordamos cuando el Papa Benedicto criticó indirectamente al Profeta Mahoma y a la historia del Islam. La controversia que siguió se convirtió en un discurso sobre la ideología religiosa, y una vez más, sobre los límites de la libertad de expresión. El mismo fenómeno se desató cuando un diario en Dinamarca publicó una serie de cómics que retrataban al profeta del Islam, Mahoma, de manera crítica y humorosa. Este es el poder básico de la comunicación; sin comunicación no hay discurso. Los medios de comunicación ayudan a crear tales discursos pero no pueden determinar la reacción que generan.

¿Cómo podemos reducir el conflicto entre grupos religiosos? ¿No será que la exposición de los comentarios del Papa o la publicación de los cómics alimentan esas diferencias? Sí, pero afortunadamente no es el fin de la historia. Sólo si hablamos entre nosotros podemos comenzar a resolver los enormes problemas que ha generado el choque de las ideologías religiosas y otros tipos de diferencia cultural. Sólo a través de la comunicación aprenderemos debidamente a tolerar, respetar y apreciar a quienes son distintos a nosotros. El poder reside en nuestra esencia como seres humanos, pero la comunicación global liberará ese potencial.

Desafortunadamente, la ideología religiosa –especialmente la ideología islámica- no permite ni promueve el flujo de discusiones críticas abiertas. Este es el problema más serio que requiere atención, pero en general se evita eficientemente. Las limitaciones discursivas dentro del Islam no aplican únicamente a los países del Medio Oriente sino a muchas otras partes del mundo. Una porción significativa de la población de inmigrantes islámicos en Europa trabaja a favor de la creación del ?ummah, la conversión de todos a la fe islámica y del uso de la lay ?shariah (islámica) en lugar de la ley europea secular. Los inmigrantes musulmanes llegaron por las necesidades de los países europeos a lo largo de las últimas décadas: esos países necesitaban una capacidad laboral más grande y pidieron ?trabajadores. Sin embargo ?la gente llegó –gente con orientaciones religiosas y culturales que contrastan con la mayoría de Europa que es en gran parte secular. Otros discursos fundamentalistas que giran en torno a la religión, en especial el Islam, tienen que ver con los derechos de las mujeres. La buena noticia es que la exposición de los principios de la ideología religiosa ha subrayado estos problemas y los ha convertido en una parte de la discusión global sobre los derechos humanos. Este discurso se vincula con los problemas relacionados al chovinismo masculino, que reposa en la raíz de tanta miseria social, que definitivamente no es exclusiva del mundo islámico.

El caso de Ayaan Hirsi Ali, de origen somalí, es didáctico en este sentido. Ella es la autora de Infidel, un libro importante que ha sido traducido a muchos idiomas. Su historia sobre un matrimonio arreglado, abuso físico que incluye la circuncisión femenina, el escape de la miseria para residir en Holanda y su éxito a partir de entonces como líder política y cultural es realmente inspiradora. Abandonar una cultura que discrimina violentamente contra las mujeres para residir en Holanda, donde las mujeres, heterosexuales y homosexuales, gozan de derechos iguales bajo la protección de la ley, deja notoriamente en claro cómo la ideología religiosa puede funcionar en contra de las personas, especialmente mujeres.

Luego de algunos años en Holanda Ayaan Hirsi Ali realizó un cortometraje con su amigo Theo Van Gogh, descendiente del famoso pintor holandés, Vincent Van Gogh. El título del filme fue Submission (Sumisión). Fue un retrato abrumador sobre el sufrimiento de algunas mujeres bajo el dominio del Islam, ejercido por los hombres, en las diásporas musulmanas de Holanda. Mostró una serie de abusos físicos y fue llevada por una narrativa impactante que impresionó a los espectadores. El corto abrió un debate sobre la violencia doméstica dentro de las familias musulmanas, inicialmente en Holanda, y que se esparció por el mundo entero en parte gracias a que el documental está disponible en YouTube.com. La película deja en claro que la idea de relativismo cultural o multiculturalismo que en principio parece benéfica, tiene serias limitaciones. Al igual que el caso de Don Imus y sus comentarios racistas en los medios americanos, debemos rechazar este tipo de abuso. Debemos decir?no—a la intolerancia y la violencia inspirada en la religión. Debemos decir ?no—como profesionales en el campo de la comunicación, y debemos decir?no—como ciudadanos de nuestros países.

La situación para los creadores del filme Submission fue trágica. Theo Van Gogh fue asesinado por un fundamentalista musulmán en las calles de Ámsterdam y Ayaan Hirsi Ali debió huir del país para evitar el mismo destino. Este es un caso extremo, pero señala la gravedad de la religión como fuerza ideológica y cultural. Refleja el poder ciego e ignorante del pensamiento fundamentalista. No se trata de terroristas; se trata de pensadores fundamentalistas, aquéllos que están absolutamente seguros de la legitimidad de sus creencias excluyentes. Es un grupo mucho más grande y finalmente peligroso que los terroristas.

¿Cómo detenemos esta locura? ¿Cómo podemos vivir en un mundo de conflicto religioso sin pensar críticamente en la religión como una fuerza ideológica poderosa? ¿Es la religión una idea tan preciada que debemos dejarla intacta frente a la crítica razonada y el debate? Sería un error grave.

Igual de serias, por supuesto, son las limitaciones colocadas sobre la crítica de la política externa de los superpoderes mundiales. George W. Bush y los demás deben estar expuestos a una crítica incesante. También los políticos mexicanos –locales, regionales y nacionales. Virtualmente todo lo que afecta nuestras vidas debe estar sujeto a un análisis intenso. Nosotros, como comunicólogos, somos los que podemos convertir los temas de ideología y política dominantes en discursos críticos. Todos los que poseen un poder duro deben ser sometidos al filo crítico (CRITICAL EDGE) y a la crítica punzante que puede ofrecer el creciente mundo de la tecnología de la comunicación.

¿Recuerdan el poder de las imágenes de los prisioneros detenidos en la cárcel de Abu Ghyrab en Irak que todos vimos? Una persona utilizó la cámara de un teléfono para transmitirlas por satélite desde Irak hasta los Estados Unidos donde las fotos fueron entregadas a los medios comerciales. Entonces los medios las pusieron en circulación a nivel nacional e internacional, tan sólo algunas horas después de recibirlas. De pronto todo el mundo tenía una vista íntima e impactante de una parte extraordinaria de la Guerra en Irak. Sólo así se evidenció para muchos la realidad brutal de que ha traído la política exterior del gobierno americano. Mejor aún, el gobierno americano no fue capaz de detener el flujo de este tipo de imágenes. Así es el poder simbólico en su expresión más fuerte, el que tiene la capacidad para cambiar las condiciones en el mundo.

Nuestro mundo ha vivido una larga historia de censura de los medios y de contenido simbólico gracias a las autoridades nacionalistas y religiosas reinantes. La quema de libros es un ejemplo conmovedor, revelador e históricamente repetitivo. La Iglesia nunca ha sido una institución abierta y su actitud hace la censura refleja su orientación. Por ejemplo, vemos que los cristianos quemaron los textos paganos como está representado en la Biblia. Y más adelante, en los siglos quince y dieciséis, la Iglesia Católica quemó libros escritos por ateos, musulmanes, y judíos como parte de la Reconquista. Tan sólo el siglo pasado el Partido Nazi del Tercer Reich alemán quemó los libros que desaprobaba.

El fundamentalismo religioso, el nacionalismo y el fundamentalismo de mercado. Cuando hablamos de fuerzas opresivas e intolerantes que operan en la actualidad, debemos reconocer que los tres fenómenos anteriores existen y generan barreras en los espacios de comunicación abierta. Los estudiantes de comunicación que están por entrar en el mercado laboral notarán rápidamente cómo opera el fundamentalismo del mercado en las rutinas laborales diarias. Estos jóvenes profesionistas deben tomar decisiones complicadas ¿Debo ceder ante las demandas del mercado, que pueden ser muy injustas y sin ética, o actúo con responsabilidad como garante de la confianza pública. Necesitamos actividades económicas vitales para sobrevivir y crecer como una nación, cierto, pero bajo límites razonables, reglamentos, y estándares de desempeño éticos.

Para resumir, las principales barreras para la comunicación abierta son: 11

El fundamentalismo religioso

El nacionalismo extremo

El fundamentalismo de mercado

Ahora, pensemos positivamente sobre el gran potencial que ofrecen los Espacios Abiertos de la Comunicación Global. Las etapas que llevan hacia una apertura todavía más grande, hacia la comprensión y la tolerancia, son las siguientes:

1. La tecnología, industria, y abundancia cultural

2. La visibilidad global y la transparencia

3. Las plataformas de participación

4. La conciencia global y la opinión

5. La sabiduría global

6. Los canales institucionales para el progreso (las Naciones Unidas y otras)

7. El potencial utópico

Para describir estas etapas brevemente, debemos pensar primero sobre el incremento dramático de los cuatro elementos de comunicación que mencioné antes; los medios masivos nuevos y tradicionales, las culturas industriales, Internet, y las tecnologías de comunicación personales (1). Todos estos elementos convergen y se han naturalizado en nuestra vida cotidiana. El incremento es tan repentino y dramático que forma un nuevo periodo en la historia mundial y en el desarrollo el potencial humano. Entonces, esta abundancia tecnológica y simbólica lleva naturalmente hacia la creación de muchos más discursos y conversaciones en todos los niveles de recepción en casi cualquier parte de la Tierra.

Una consecuencia importante de este hecho es un aumento considerable en visibilidad y transparencia a nivel global. Más acceso a todo tipo de información y más vigilancia popular, que sirven como un control poderoso sobre las instituciones y los individuos con poder. Por ejemplo, la última elección presidencial en México fue sometida a un análisis crítico nunca antes visto gracias al poder de la comunicación para ver lo que estaba ocurriendo. Más recientemente, la exposición que han recibido las brutales medidas militares en Myanmar, reveló una verdad oculta que es impactante. La comunicación puede servir para luchar contra tendencias sociales que nos detienen –la corrupción e ignorancia entre ellas. La visibilidad, sin embargo, no se trata únicamente de cosas malas. También tenemos ?la globalización de las buenas ideas. Por ejemplo, se han creado discursos globalizados sobre derechos humanos individuales, derechos de las mujeres y las minorías, justicia global, protección de los niños, el movimiento ambientalista, la mediación del conflicto, y casos prácticos como zonas de no fumar en restaurantes y edificios públicos, la campaña contra el SIDA, y la protección de las poblaciones indígenas que incluye la lucha en Chiapas a lo largo de los últimos años.

Gozamos de muchas más formas para expresar nuestras ideas y ahora tienen resonancia. Una buena manera de ver una parte de lo que hacen los medios es que proveen un ?foro cultural para la discusión de temas importantes. En la historia moderna occidental, esta idea cobró fuerza inicialmente en Inglaterra con la noción de la ?plaza o centro público, un espacio reservado para a libre expresión de temas controvertidos. Las personas tenían derecho legítimo a hablar en público sin miedo a las repercusiones. Tenemos el mismo tipo de actividad ahora cuando los medios buscan aumentar su alcance, y particularmente, con la Internet como espacio para discutir sin restricciones –una especie de plaza pública virtual. Incluso los desarrollos como Wikipedia y otros tipos de fuentes culturales abiertas han logrado que sea posible la participación pública en los debates y discursos globales. Una expectativa del conocimiento público compartido se ha desarrollado en una escala global porque las plataformas para una participación más democrática están en plena expansión.

La siguiente etapa de los Espacios Abiertos de la Comunicación Global es la Conciencia Global y la Opinión Pública. La mayoría de los mexicanos, la mayoría de los americanos, la mayoría del mudo se opone a la guerra en Irak. ¿Cómo lo sabemos? Porque tenemos acceso a las encuestas realizadas por diversas organizaciones alrededor del mundo que lo demuestran. La comunicación global nos brinda este conocimiento. Por ejemplo, los medios aumentan nuestra conciencia sobre la guerra. La investigación es capaz de medir nuestra respuesta colectiva a hacia la guerra, y como consecuencia la investigación asume su papel en la historia. Recibimos retroalimentación sobre la opinión global que por sí misma, genera aún más influencia sobre la opinión global –en este caso, para reforzar el sentimiento negativo sobre esta trágica e innecesaria pérdida de vidas humanas. Los espacios de comunicación abierta se convierten en el lugar donde se eleva nuestra conciencia sobre toda clase de asuntos que nos afectan. Nos ofrece una especie de guía moral compartida para ayudarnos a diseñar un futuro mejor.

Si aprovechamos plenamente el potencial que ofrecen las ventajas de generar conciencia y opinión global, entonces tenemos el potencial para desarrollar un sentido de sabiduría global (5). Esta es la gran esperanza. La expresión ?sabiduría global se inspiró en la reina Raina al-Abdullah de Jordania, una de las voces progresivas en el Medio Oriente. Se refiere a la cultivación de una moralidad universal, una moralidad de consenso. Es muy fácil decir que esta idea es demasiado idealista. Los críticos argumentarán que existen demasiadas fuerzas contra productivas, especialmente en la época de la globalización, que limitan cualquier esperanza de desarrollar una sabiduría global. No obstante, salvo que queramos aceptar el status quo inaceptable, entonces tenemos que considerar qué tipo de futuros queremos inventar juntos. El desarrollo de un sentido básico de moralidad común en una escala global no es una tarea imposible. Esta idea nunca alcanzará a todos, claro, pero podemos movernos en ese sentido como comunidad global. Creo que debemos.

La siguiente etapa es un fenómeno asociado, no una etapa cronológica. Los canales institucionales se enfocan sobre organizaciones que se dedican a mejorar las relaciones entre las diversas poblaciones del mundo (6). Desde este punto de vista, las Naciones Unidas y todas sus subdivisiones auxiliares son especialmente importantes. Otros tipos de foros cívicos, organizaciones no gubernamentales, organizaciones caritativas y otras instituciones que pretenden un bien, también tienen que ejercer un papel en el proceso de crear discursos más productivos, conversaciones y contribuciones al desarrollo humano a lo largo de las naciones y culturas del mundo. En sus propios documentos, las Naciones Unidas señalan repetitivamente que una comunicación más abierta y efectiva será la clave para lograr que ocurran estas cosas buenas. La ?libertad cultural? es una expresión que la Organización Naciones Unidas utiliza persuasivamente. Es una idea bajo la cual la comunicación es fundamentalmente capaz de diversificar la experiencia cultural que es crucial para desarrollar el potencial humano.

Y la última etapa –el potencial utópico- es simplemente la suma de resultados de las anteriores (7). Nunca lograremos tal utopía pero debemos persistir. Así es como 15

i El material para este artículo puede encontrarse en mi libro, Culture-on-Demand: Communication in a Crisis World (Oxford UK: Blackwell). ii Appiah, K. (2006). Cosmopolitanism. New York: Norton lograremos encontrar la energía que es necesaria para dedicarnos a mejorar el mundo en el que vivimos.

Utilizo el término ?evolución en el título de esta plática por una buena razón. La historia natural de los seres humanos, muestra que nuestro éxito como especie puede ser atribuida a nuestra habilidad para comunicarnos. Nuestros ancestros en la evolución se convirtieron en cazadores exitosos cuando aprendieron a organizarse socialmente y comunicarse efectivamente el uno con el otro. Esta habilidad profunda cambió el destino del Homo sapiens, que se transformó en depredador. Tal cambio no tenía precedentes en la historia de la evolución. Desde entonces, la comunicación ha sido el factor más importante que nos separa del resto del mundo animal y que nos ofrece enormes recursos para ejercer nuestro potencial humano como individuos o colectivamente. Los retos que enfrentamos son considerables pero no insuperables.

Para concluir, el filósofo Kwame Appiah dijo en su libro Cosmpolitanism que ingresamos a todas las conversaciones que sostenemos con nuestros vecinos y extranjeros sin la promesa de un acuerdo final o mutuoii. Cierto. Pero por encima de todo debemos tomar la molestia de conversar, para crear nuevos discursos y tal vez lograr las maneras que algún día nos permitirán vivir juntos de tales formas que traerán consigo un sentido de paz y justicia social más grandes. Las conversaciones en los espacios de la comunicación global, son las única manera para lograr esta meta tan valiosa.